Para conservar en óptimas condiciones la funda de tu cama balinesa, se recomienda una limpieza periódica con agua y jabón neutro, utilizando una esponja suave o paño húmedo. Gracias a su tratamiento antimanchas, la suciedad superficial se elimina fácilmente sin necesidad de productos agresivos ni lavado a máquina.
Evita el uso de lejía, disolventes o cepillos duros que puedan dañar el acabado del tejido. En caso de almacenamiento prolongado, asegúrate de que la funda esté completamente seca antes de guardarla, preferiblemente en un lugar ventilado y protegido de la humedad.
Gracias a sus propiedades antibacterianas y su resistencia al cloro y al agua salada, no requiere cuidados especiales incluso en entornos exigentes como zonas de piscina o playa. Con un mantenimiento mínimo, tu funda mantendrá su aspecto y funcionalidad durante años.